lunes, 11 de agosto de 2014

Vitrales de la naturaleza





Es mentira que después de la tempestad llega la calma
(aún siento en la laringe su ternura y la derrama de la madruga
se filtra por mis rincones buscando la salida
mientras por las rendijas el viento mueve la azucena hasta el clímax)

Marina Centeno