Sólo tengo un racimo de presagios
Una fuente de agua en las persianas
Para hacerme humedad en el olvido
Porque dejo a las horas en vigilia
Y en lugar de comerme las angustias
Me deshago entre letras y suspiros
Me traspasa la luz con su premura
Cuando todo prosigue en la rutina
Aunque vuele la muerte sobre el mundo
Sin embargo le temo a las incógnitas
Que retuercen sus longevas caricias
En los males que cubren mi organismo
Marina Centeno