lunes, 29 de septiembre de 2014

sábado, 27 de septiembre de 2014

Auto-fotografía


Auto-fotografía





Cristales primeros
Visiones precisas
Colores intensos
Metáforas lúcidas



Marina Centeno

Vitrales de la naturaleza


jueves, 25 de septiembre de 2014

VITRALES DE LA NATURALEZA





Amo cada espacio de mi entorno
la solemnidad de sus rincones
el alboroto del polvo
y la gravedad con la que el tiempo
incita a perpetuarse...


Marina Centeno

viernes, 19 de septiembre de 2014

jueves, 18 de septiembre de 2014

VITRALES DE LA NATURALEZA traducido al rumano por Andrei Langa


Imagen:©marinacenteno





Timpul ne pune la zidul uitării
Ne apasă asupra pietrei cu atâta putere
Încât ni se strecoară numele înăuntru grotei
Pentru a face din amintire o peșteră

Traducere de Andrei Langa



El tiempo nos arrima al olvido
Nos aprieta a la piedra de tal forma
Que prensamos el nombre entre la gruta
Para hacer del recuerdo una cueva

Marina Centeno

miércoles, 17 de septiembre de 2014

martes, 16 de septiembre de 2014

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Vitrales de la naturaleza





El prolongado incierto en que la lluvia cae
para hacernos partícipes de la naturaleza
en su estado de estupor
mojados hasta la médula
conociendo los rasgos que deja el agua
por los canales de la insinuación



Marina Centeno






Vitrales de la naturaleza



Si no fuera mayo pensaría que es septiembre
¿Y si fuera mayo?
¿Estarían los tortolos abrazados al poema?
¿Vagaría el sonámbulo bajo la luna?
¿Allanaría el meollo a través de las piernas?
Aún estamos a tiempo de obtener la cosecha
mientras da rienda a suelta al sembradío
y mi todo se pierde entre las fechas...


Marina Centeno

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Daniel Dragomirescu con INTERIORES / Ediciones de la UADY - 2014



Poemas de la vida interior

(Marina Centeno, Interiores, 2014)


por Daniel Dragomirescu


Es un hecho que desde Orpheos y Sappho la poesía es por excelencia del dominio de los sentimientos y de las experiencias interiores comunicadas de una manera figurativa y sugestiva. En la creación poética de Marina Centeno, concretizada por un nuevo libro, esto representa el hilo rojo más que evidente. Interiores es una demostración de ars poetica – y podemos asimismo decir, de virtuosidad poética con las herramientas específicas y auténticas de una autora de vocación y devoción.
El mar con sus aguas del primero día de la creación se retira y aparece la terra firma de un continente nuevo: el del artista, un Pantocrator de orden segundo, con sus días y tareas, aspiraciones y desilusiones, certitudes e incertitudes. Y porque la vida interior de un autor se identifica con su propia creación, los poemas del libro son inspirados en la mayor parte por la condición del creador y sus perspectivas sobre las varias modalidades en que se puede realizar su potencial creativo. De aquí resulta una poesía-confesión en flujo ininterrumpido que atrae la atención y toca el alma del lector. La autora se identifica naturalmente con los espacios de su propia creación donde encuentra un refugio necesario: “Con el plomo al libro / sobre las rodillas / alternada en el poema / donde me escondo / para no ser vista” (p. 30). Sin integrarse en una doctrina estética exclusiva, el poemario es una radiografía de la existencia poética asumida que no puede ignorar las “lecciones” de los maestros: “Debo ser decorosa con los verbos / conocer la literatura palmo a palmo / saber de qué color es el caballo / que obligó a Sancho a transitar a pulso / o también las voces / que hacían meditar a Hemingway / conocer el metabolismo de Octavio / y la lucha de Allan Poe con Lucifer...” (p. 18). La creación poética es igualmente una sublimación que no excluye un sufrimiento cuasi-biológico: “Me abrupto a través de los renglones / y me retuerce el tallo / en la estructura sedienta / que divaga en mí / y que me habitan / de tal modo que sangro en el poema...” (p. 32). Una particularidad de orden ciclotímico que se encuentra en cada ser humano, hace que los versos del poema sean péndulo constante entre un “plus” y un “minus” de un estado de ánimo muy humano (“demasiado humano”, para reproducir una afirmación del filosofo alemán Fr. Nietzsche): “No todas las cosas me hablan de ti”, dice la voz poética en un lugar, y en otro la misma voz nos declara: “Amo a un hombre pez / que abre vereda dentro de lo líquido (...) / con sus recovecos / cuando se suelta para bogarme / en la entraña misma de nuestro secreto “ (p. 24). La vida es en verdad como un fuego ardiendo con una combustión desigual; lo que es más importante es su permanencia.
Otro lado de esta poética modernista que se constituye en una marca distintiva es su fuerte sensibilidad erótica, que no puede pasar desapercibida y que recuerda a las religiones antiguas de la India, donde los dioses y lo sagrado hacen buena casa con lo profano en un todo unitario (lo que se puede ver también en la famosa “Puerta del Beso”, obra del genial escultor rumano-francés Constantin Brâncuş). La poeta yucateca con raíces mayas nos aparece como una sacerdotisa oficiando un ritual sagrado del Amor-Eros, concebido en su materialidad primordial: “A veces veo desde un centro inhóspito / una contrariedad conmigo misma / donde la ovulación de mis hormonas / se contradicen bajo esta piel que se agrieta / sin un recurso que distraiga / lo ruin que siento de mi mundo / alrededor de mis uñas / en el surco de mi espalda...” (p. 41). El amante es invitado (atraído) a entrar en el laberinto de la Feminidad que se identifica con la creación: “Voy hacia un laberinto de caminos abiertos / esperanzas fortuitas y cerrojos descocidos / No me hables en la oscuridad / Búscame / a través de la cortina oscura de los versos / si me encuentras: átame / susúrrame / lubrícame /déjame navegar entre la desgana de tu río crecido” (p. 51) Nos encontramos, aquí, en el universo lúdico-espiritual bien inmortalizado por Sandro Boticelli en su creación sobre la primavera (a ver la parte izquierda /vs/ la parte derecha).
Mas allá de la espontaneidad aparente, la autora tiene la consciencia clara de su creación. La poesía es hecha de palabras y todo gira en torno a la Palabra. Dios fue capaz de crear el mundo por la fuerza de la Palabra. Utilizando la misma fuerza de la palabra el poeta trata de crear su mundo interior. Y para esto, él está siempre preocupado por sus palabras: “Nunca se sabe / cuanto duelen las palabras / hasta que las ves escritas...” (p. 226) dice la voz de la poeta, y en otro lugar: “Estaba a solas / en el espacio donde las palabras / se unen unas con otras / para hacer del silencio un laberinto de dudas...” (p. 240).
¿Qué podemos concluir finalmente? Piedra con piedra, palabra con palabra, quietud con quietud, Marina Centeno hace de su existencia una nueva pirámide maya en que la poesía, el amor y la condición humana se encuentran en proporciones iguales en relación de una remarcable armonía. La unidad de los contrarios en una creación poética sensible y profundamente significativa.

Bucarest, 21 de Febrero de 2014


DANIEL DRAGOMIRESCU – Bucarest, 1952. Licenciado en letras por la Universidad de Bucarest. Novelista, periodista y crítico literario. Miembro de la Unión de Escritores de Rumanía. Editor general de la revista multicultural e independiente Horizonte Literario Contemporáneo. Entre sus obras se encuentran: Cel din urmă rapsod şi alte povestiri / El Ultimo bardo y otros relatos (2002) y las novelas Nimic nou după Cortina de Fier/Nada nuevo detrás del Telón de Acero (2003), Deşertul roşu/El desierto rojo (2004), Întunecatul noiembrie/El oscuro noviembre (2005), Zodia secerii/El signo de la hoz (2007), Nisipuri mişcătoare/Arenas movedizas(2007). En el año 2008 estás novelas fueron reunidas en el volumen Cronica Teodoreştilor/Crónica de un mundo perdido. Ha antologado por cuatro años consecutivos a los poetas que integran la revista que dirige. Tiene publicado dos libros de critica literaria dedicada principalmente a los autores y colaboradores de la revista Horizonte Literario Contemporáneo: Orizonturi interculturale / Horizontes interculturales (2012 y 2013).


martes, 2 de septiembre de 2014

FRANCISCO JAVIER ILLAN VIVAS con Interiores / Ediciones de la UADY - 2014




Marina a través del Espejo

por Francisco Javier Illan Vivas



Interiores es un enorme poemario; no es habitual, al menos en el ámbito que me muevo, encontrar libros de poemas tan extensos, excepto que se trate de una antología o de la recopilación de la obra poética de un autor, que no es el caso.
Interiores es también algo muy breve, y os sorprenderá esta descripción en una obra de 250 páginas de poesía: es amor; es desamor; es sexo, implícito y explícito; es mar, es sal, son muchas fotografías, es un largo recorrido vital, es la experiencia de la poeta; pero es, sobre todo, un espejo. Me atrevo más aún: son trece espejos donde Marina Centeno se mira, y nos mira.
Yo la conocí a través de otro espejo, no aquel donde Alicia se precipitó, sino a través del visible y palpable de la pantalla del ordenador que nos permite ver lo que hay donde no podemos ni imaginar lo que hay.
Los poemas no tienen título, excepto un par de ellos, creo recordar. Y es, Interiores, también una búsqueda que, aún comenzando en la primera página, se nos formula la gran interrogación en la 183: ¿Dónde está la poesía? En efecto, no se pregunta qué es, sino dónde está. Esa poesía, ese poema que es un hongo alucinógeno, que no tiene horarios, por eso ella considera que la tiranía acompaña al poema. Reflexiones duras de una poesía tan personal. Nos avisa de que la poesía hace perder el equilibrio porque, no lo dudemos, la intimidad se pierde en el poema.
Tampoco esa pérdida es algo que preocupe a la poeta, no. Muy al contrario, ella busca las sombras que transitan dentro de la poesía, tal vez por ese motivo, único motivo, para escribir no se pinta los labios. Y entonces nos confunde, lo tenía preparado desde el principio, pues lo ha hecho gota a gota, porque sabe que el goteo del poema es como dejarse caer hacia el abismo. El poema está ahí, lo vemos, y al tiempo, no lo vemos, es algo físico, pero también espiritual, y como está, nos dice que para caer, basta el suelo y el precipicio. ¿Es ese precipicio el borde del libro? ¿O lo son las sombras de las que nos habló? ¿Lo es la arruga, el pliegue? Porque el poema también nos deja arrugas en las manos, ella lo sabe, y vuelve a avisarnos.
No hay forma de que nos deje indiferente su poesía, y así, una vez que nos tiene atrapados en su oráculo, ya, sin rodeos, frente al espejo, grita en susurrante melodía: para saber quien soy/ hube de mirar al espejo.
Trece espejos, lo dije al principio, pero también nos lo dijo la poeta en las primeras páginas, deseando que no pasásemos sobre esa pista sin descubrirla: la escritura es sólo eso: una colección de voces que murmuran. Es cierto, Marina, llevo muchas mañanas, muchas tardes, muchas noches, detrás de tu poesía, te encuentro en Facebook cargada de tu arsenal de palabras y conozco tu magia capaz de convertir en poema hasta la ropa que llevas puesta. Soy un lector, ese lector que describes en tu poesía, que está a tu lado, en silencio, silencioso, y que ha descubierto muchas de las cosas que se parecen a su dueña, como el título de tu blog, como cada fotografía, tú, que eres tu fotógrafa oficial, ahí, en ella, en cada fotografía es donde el tiempo perdura, como en el poema, donde el agua que te rodea te es tan necesaria para hablar de ti misma, algo que nunca precisa una fotografía, aunque sea abierta a la intemperie.
Otra clase de espejo es el objetivo de tu cámara fotográfica, convertida ya en móvil. ¡Cómo avanzan los tiempos! La poeta no está anclada en el pasado, busca con ganas salirse de su propio cuerpo, porque duda, o mejor dicho, cree que debe haber otra dentro de ella (No siempre soy yo, confiesa). Y es precisamente, frente al espejo, donde encuentra reflejada la escena de uno mismo.
Comprendéis ahora, desconocidos lectores de este prólogo, qué es Interiores. Es lo que espejea en el espejo, es hacer rabiar a los espejos, divagar en el espejo. No ante el espejo, sino en el espejo. Nos confunde nuevamente, nos esconde las claves entre los versos, para que encontremos por qué apura a colgar los debates del espejo… y, entonces, cuando vamos caminando hacia el final del libro, otra prueba, otro enigma, como si Esfinge fuese la que se escondiese dentro de ella: es el espejo de lo que no existe y seis palabras claves: Evita el espejo/ -a veces muerde-.
No te conozco, pero te siento. Sí, ella no conoce al lector que ahora mismo tiene este libro entre las manos, pero lo siente. Se nos ha desvelado en todas sus personalidades, entre ellas, que se encuentra aquí, ante nosotros, en las palabras, en las letras impresas, porque se aseguró, antes de escribir, verse en el espejo, y, en ese mágico encuentro, vernos entre los versos.
Trece espejos,… tan sencillo que es mirar por el espejo.
Ahora ya lo sabes, puedes volver cuantas veces sea necesario, porque si tras el espejo todo es páramo, aquí, en los versos que se abren tras esta página, está Marina Centeno, tan diferente, tan igual, tan distante, tan cercana, siendo siempre, ella misma.
En sus propias palabras: valdría la pena morir después de un verso.


En Molina de Segura, Murcia, España
10 de febrero de 2014





FRANCISCO JAVIER ILLÁN VIVAS. Molina de Segura, Murcia, 1958 Director editorial de Editorial ADIH. Ha publicado Con paso lento, La Maldición, Dulce Amargor, Crepusculario, El rey de las esfinges, Témporas, A mi manera, La isla y otros relatos y La oscuridad infernal. Ha sido incluido en varias antologías y libros colectivos de poesía y relato, el último de ellas 2099, Una antología de ciencia ficción. Su relato Un hombre desnudo fue elegido como relato del año 2008 por los internautas del sitio Escritores en la sombra. Ha sido finalista del X premio internacional Sexto Continente de relato de ciencia ficción y ficción distópica, con el relato El secreto de Zeos. Dirige la revista de creación literaria Acantilados de papel.

Mercedes Ridocci me dedica un poema




(A Marina Centeno)
inspirado en su poemario INTERIORES

La mujer de cabellos sueltos,
desnuda de ropaje y valientes caderas,
se mira en el abismo del espejo,
avanza en su hondura,
con las uñas escarba el vértigo de las tinieblas,
extrae las espinas que esconde, la tinta que sangra,
escribe versos en la herida,
desagua poemas púrpuras en
su extensa y rescatada alma.

Mercedes Ridocci.



"No es que se me den las cosas tristes
es una condición dentro de lo que soy
Palpar mis heridas no es contradictorio
es saber que existo y que estoy viva
que a pesar de todo prosigo."

Poema de Marina Centeno incluido en su poemario INTERIORES



MERCEDES RIDOCCI: Madrid, España. Poeta y escritor. Directora escénica en el lenguaje de la Expresión Corporal Artística y de la formación en Expresión Corporal Creativa - Alfa ínstitut.
Libros: Lava del Alma
            Expresión corporal Arte del movimiento
            Creatividad corporal
            Los dientes del infierno