miércoles, 3 de septiembre de 2014

Daniel Dragomirescu con INTERIORES / Ediciones de la UADY - 2014



Poemas de la vida interior

(Marina Centeno, Interiores, 2014)


por Daniel Dragomirescu


Es un hecho que desde Orpheos y Sappho la poesía es por excelencia del dominio de los sentimientos y de las experiencias interiores comunicadas de una manera figurativa y sugestiva. En la creación poética de Marina Centeno, concretizada por un nuevo libro, esto representa el hilo rojo más que evidente. Interiores es una demostración de ars poetica – y podemos asimismo decir, de virtuosidad poética con las herramientas específicas y auténticas de una autora de vocación y devoción.
El mar con sus aguas del primero día de la creación se retira y aparece la terra firma de un continente nuevo: el del artista, un Pantocrator de orden segundo, con sus días y tareas, aspiraciones y desilusiones, certitudes e incertitudes. Y porque la vida interior de un autor se identifica con su propia creación, los poemas del libro son inspirados en la mayor parte por la condición del creador y sus perspectivas sobre las varias modalidades en que se puede realizar su potencial creativo. De aquí resulta una poesía-confesión en flujo ininterrumpido que atrae la atención y toca el alma del lector. La autora se identifica naturalmente con los espacios de su propia creación donde encuentra un refugio necesario: “Con el plomo al libro / sobre las rodillas / alternada en el poema / donde me escondo / para no ser vista” (p. 30). Sin integrarse en una doctrina estética exclusiva, el poemario es una radiografía de la existencia poética asumida que no puede ignorar las “lecciones” de los maestros: “Debo ser decorosa con los verbos / conocer la literatura palmo a palmo / saber de qué color es el caballo / que obligó a Sancho a transitar a pulso / o también las voces / que hacían meditar a Hemingway / conocer el metabolismo de Octavio / y la lucha de Allan Poe con Lucifer...” (p. 18). La creación poética es igualmente una sublimación que no excluye un sufrimiento cuasi-biológico: “Me abrupto a través de los renglones / y me retuerce el tallo / en la estructura sedienta / que divaga en mí / y que me habitan / de tal modo que sangro en el poema...” (p. 32). Una particularidad de orden ciclotímico que se encuentra en cada ser humano, hace que los versos del poema sean péndulo constante entre un “plus” y un “minus” de un estado de ánimo muy humano (“demasiado humano”, para reproducir una afirmación del filosofo alemán Fr. Nietzsche): “No todas las cosas me hablan de ti”, dice la voz poética en un lugar, y en otro la misma voz nos declara: “Amo a un hombre pez / que abre vereda dentro de lo líquido (...) / con sus recovecos / cuando se suelta para bogarme / en la entraña misma de nuestro secreto “ (p. 24). La vida es en verdad como un fuego ardiendo con una combustión desigual; lo que es más importante es su permanencia.
Otro lado de esta poética modernista que se constituye en una marca distintiva es su fuerte sensibilidad erótica, que no puede pasar desapercibida y que recuerda a las religiones antiguas de la India, donde los dioses y lo sagrado hacen buena casa con lo profano en un todo unitario (lo que se puede ver también en la famosa “Puerta del Beso”, obra del genial escultor rumano-francés Constantin Brâncuş). La poeta yucateca con raíces mayas nos aparece como una sacerdotisa oficiando un ritual sagrado del Amor-Eros, concebido en su materialidad primordial: “A veces veo desde un centro inhóspito / una contrariedad conmigo misma / donde la ovulación de mis hormonas / se contradicen bajo esta piel que se agrieta / sin un recurso que distraiga / lo ruin que siento de mi mundo / alrededor de mis uñas / en el surco de mi espalda...” (p. 41). El amante es invitado (atraído) a entrar en el laberinto de la Feminidad que se identifica con la creación: “Voy hacia un laberinto de caminos abiertos / esperanzas fortuitas y cerrojos descocidos / No me hables en la oscuridad / Búscame / a través de la cortina oscura de los versos / si me encuentras: átame / susúrrame / lubrícame /déjame navegar entre la desgana de tu río crecido” (p. 51) Nos encontramos, aquí, en el universo lúdico-espiritual bien inmortalizado por Sandro Boticelli en su creación sobre la primavera (a ver la parte izquierda /vs/ la parte derecha).
Mas allá de la espontaneidad aparente, la autora tiene la consciencia clara de su creación. La poesía es hecha de palabras y todo gira en torno a la Palabra. Dios fue capaz de crear el mundo por la fuerza de la Palabra. Utilizando la misma fuerza de la palabra el poeta trata de crear su mundo interior. Y para esto, él está siempre preocupado por sus palabras: “Nunca se sabe / cuanto duelen las palabras / hasta que las ves escritas...” (p. 226) dice la voz de la poeta, y en otro lugar: “Estaba a solas / en el espacio donde las palabras / se unen unas con otras / para hacer del silencio un laberinto de dudas...” (p. 240).
¿Qué podemos concluir finalmente? Piedra con piedra, palabra con palabra, quietud con quietud, Marina Centeno hace de su existencia una nueva pirámide maya en que la poesía, el amor y la condición humana se encuentran en proporciones iguales en relación de una remarcable armonía. La unidad de los contrarios en una creación poética sensible y profundamente significativa.

Bucarest, 21 de Febrero de 2014


DANIEL DRAGOMIRESCU – Bucarest, 1952. Licenciado en letras por la Universidad de Bucarest. Novelista, periodista y crítico literario. Miembro de la Unión de Escritores de Rumanía. Editor general de la revista multicultural e independiente Horizonte Literario Contemporáneo. Entre sus obras se encuentran: Cel din urmă rapsod şi alte povestiri / El Ultimo bardo y otros relatos (2002) y las novelas Nimic nou după Cortina de Fier/Nada nuevo detrás del Telón de Acero (2003), Deşertul roşu/El desierto rojo (2004), Întunecatul noiembrie/El oscuro noviembre (2005), Zodia secerii/El signo de la hoz (2007), Nisipuri mişcătoare/Arenas movedizas(2007). En el año 2008 estás novelas fueron reunidas en el volumen Cronica Teodoreştilor/Crónica de un mundo perdido. Ha antologado por cuatro años consecutivos a los poetas que integran la revista que dirige. Tiene publicado dos libros de critica literaria dedicada principalmente a los autores y colaboradores de la revista Horizonte Literario Contemporáneo: Orizonturi interculturale / Horizontes interculturales (2012 y 2013).