miércoles, 5 de mayo de 2010

terapia intensiva


Día 35.-
Hay que distinguir la experiencia de explorar otra lengua de la experiencia de explorar el espacio interlingual: la experiencia del salto de una lengua a otra, la extrañeza y tambien la sensualidad de esa frontera cuya imagen puede ser la caricia.
Según parece el cerebro registra en lugares distintos las lenguas que maneja. Y es de suponerse que tenga un switch interlingual, una zona metalinguística tal vez relacionada con el placer o la disonancia de pasar de una lengua a otra. Julio Gamboa decía que hablar en italiano es tan sensual que no le permitiría esa experiencia a una hija suya antes del matriomonio. Pero es dudoso que esta sensualidad sea inherente a ciertos idiomas. Más bien parece una propiedad del espacio interlingual entre dos idiomas vecinos.
Quizá por eso es tan difícil el experimento chicano: no hay mucha vecindad entre el inglés y el español. En cambio, hay tanta cercanía del español al portugués que, más que un salto, hay un deliz placentero.
Gabriel Zaid.