Día 37.-
La imagen es permanencia -tal es en definitiva el sentido de lo que Lezama Lima llama la "prueba hiperbólica". Esta imagen es la "cantidad hechizada", es decir, el de las eras imaginarias, y la de su fideismo poético. En la imagen se "remansa" la prolongación del poema.
De acuerdo en este punto y sólo en él con Aristóteles, Lezama Lima señala que la poesía nace de lo que, en apariencia, es contradictorio pero que en realidad se anuda en este analogon de la imagen. Así escribe: "Dentro de este análogo, es donde es posible señalar estas ambivalencias, en ese cosmos de la poesía, y he aquí el gran hallazgo perviviente de su poética -la de Aristóteles-, señalar que es en la región de la poesía donde éste es áquel, donde es posible reemplazar el escudo de Aquiles por la copa de vino sin vino, este árbol por aquella hoguera. El árbol como la sombra de la hoguera es petrificada; la hoguera, discutiendo con el viento, mueve sus brazos como hojas" La diferencia principal entre Aristóteles y Lezama -o, en conjunto, entre Aristóteles y la poesía romántica y post-romántica- reside en un hecho que a veces se olvida de puro sabido: la poesía clásica y sobre todo neo-clásica tendía a la verosimilitud y, en este sentido, y a grandes rasgos demasiado generales, a ser una manifestación alterada del sentido común.
Ramón Xirau (Poesía y conocimiento)