El gemido que no alcanza el grito
y me hace esperar y esperar...
Sabedor de mis ansías y mis pliegues
De la curva en que inicia mi reclamo
La verdad que atesoran bién mis glúteos
y se hace agua entre tus manos
Cuando llegue el momento
Abriré mi carne hasta agotarte
para dejarte en la tibieza de mi fondo
Escurrido
como una secuencia mansa de río
Marina Centeno