Amo tu tempestad
Amo tu vicio
Amo la obscenidad de tus diez dedos
La esfinge que se atora
al volver del silencio de tu ombligo
Amo lo circunspecto de tu sombra
que páramo se obstruye en la batalla
rasposa de mi lengua esquirla
que traza labertintos en tus llagas
Amo de ti
lo todo y lo imposible
La semilla que surcas en mi zanja
lagrimosa de aceite y prurito
Amo tu despertar y tus temblores
donde surgen libélulas y mirlos
Marina Centeno