Tengo el cuerpo cubierto de promesas
amparada de sorbos y estallidos
cuando llegas a mí con la inocencia
de quién trae consigo a todo el mundo
desde los cuatro puntos cardinales
orientando las manos y los dedos
al perdernos por el mismo camino
Todo regresa a su monotonía
en el vicio de beberse uno mismo
cuando estamos trabados en la historia
tolerando el tedio y la distancia
mientras tanto le agregas a mi cuerpo
un sinnúmero de nombres infinitos
Marina Centeno
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