lunes, 2 de abril de 2018

Décimas para Manuel Mejía Sánchez-Cambronero y Fredy Figueroa.




Para quedar a la altura
de estos dos hombres de letras,
esta mujer se penetra
poco a poco en la escritura.
En esta gran aventura,
para escribir con decoro,
al que sabe le valoro
la habilidad y destreza
de este gran rompecabezas
con rimas que yo empeoro.

Por un lado está Manuel
que a todo ofrece una rima
y a la amistad la sublima
con versos de gran nivel.
Como el pintor al pincel
dibuja letras a todos
entre paisajes y modos
de intercambio cultural,
que en este "mundo irreal"
transforma en brillo al lodo.

A Fredy, qué le diré,
que otros no le hayan dicho,
para salir del capricho
lo digo y me callaré:
El verso que tallaré,
tan cálido como frío,
se hundirá en el vacío
que tiene por intención
el buscar la dirección
de las aguas de su río.

Por gustos y por razones,
que en estos versos predico,
las vertientes que claudico
le sobran las intenciones.
Al poner las condiciones
de estas rimas aladas,
que con ardor son trenzadas
y por pasión al oficio,
se construye el edificio
de las palabras rimadas

Marina Centeno

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