Día 53.-
Toda literatura, y la nuestra desde luego, tiene dos órdenes generales de problemas. Los primeros, y acaso los fundamentales, son los de orden interno: problemas de calidad y perfección, problemas de estilo, de técnicas, de temas, etcétera. Y si es verdad que no son ajenas estas cuestiones internas del oficio literario a ciertos estímulos y móviles externos, si las obras no permanecen del todo extrañas a los influjos de corrientes ideológicas y de gusto, es preciso aceptar, al fin, que las elecciones se deciden en el secreto juego de la intimidad de cada escritor y que, por lo mismo, muy débil es la intervención que en ese campo pueden tener las interpretaciones extrañas.
La segunda especie de problemas es de orden más bien externo y en ellos incluyo todos los que se refieren a la relación y ajuste del escritor con la realidad, con la sociedad y el mundo a que pertenece y a que se destinan sus creaciones. "Realidad" o circunstancia, sociedad y mundo implican aquí conceptos literarios estéticos, conceptos sociales y políticos, conceptos morales y religiosos, en la medidad en que se relacionen en algún orden al escritor y a sus creaciones con aquella realidad o con aquel mundo, e implican también otro orden de relaciones de tipo práctico, consecuencia, por lo general, de aquellos conceptos.
D.R. a José Luis Martínez (Problemas literarios, LECTURAS MEXICANAS. CONACULTA 1996)