No sé de qué tictac -salvo la hora-
mi Madre parió la madrugada
hizo mella en la lengua
el embrollo de ser una palabra
mecida en el crepúsculo
y entiendo que soy la soledad
que libera del libro cada página
Me resigno
la vida se amplía entre los muslos
y veo la intemperie
de ahí que el silbar busque la prosa
a la cuenca del vicio
y en la vulva que sangra
Mi poética miente
de ser yo -no soy nada-
Marina Centeno
Yucatán México