viernes, 26 de abril de 2013

Des-amor



Él no me ama Lo ha dicho
Dejó de interesarle
la premura de mis uñas
No tiene aliciente conmigo
lo flaco que crece el pelo
cuando el amor se torna
un amasijo de dudas
de ojo en misericordia
y lengua en cripta de olvido
De nada sirve que ponga
la mesa con espejismos
servida la copa
a media asta del vino
De nada sirve -tampoco-
la soledad de la cama
y el desván donde guardamos el moho
aunque a veces llega
con palabras enredadas
diciendo que las almejas
tienen las puntas de oficio
No siempre estamos dispuestos
a soportarnos el cuerpo
entonces es cuando tengo
la tierra dentro del miedo
Empequeñecida indago
entre el espejo y lo mío
con los ojos desorbitados
de los dementes que hablan
con palabras hechas nudo
y cantan canciones extrañas
de los antiguos que aún muertos
permanecen en el vicio
de quitar la podredumbre
con cánticos encerrados
Él no me ama Lo ha dicho
Por eso cuando reparo
que la ocasión hace al verdugo
tomo un ciento de palabras
y las esparzo con vidrio
de tener entre amenazas
la soledad con el ritmo
que lleva este poema
del corazón al suicidio



Marina Centeno
Yucatán México