No todo salpica fácilmente
hay cosas tan grandes como la pobreza
cubriéndose de la lluvia
entonces surge de ahí la poesía
el silbido del viento en la cornisa
el gotear del esperma en las enaguas
para saber que existo en la laguna
sin tener que orillar a las palabras
para decir mentiras
como que la ventana atisba a la música
y que tengo el librero en la espesura
rodeado de sombras y fantasmas
que para hablar de mi misma
necesito decir que falta el agua
que más allá escucho el llanto de los niños
porque la voz del hambre nunca alcanza
el título de una poesía...
Entonces antes de hablar de cosas diminutas
prueba el sabor salitre de la herida
mientras el territorio del estómago
rinde tributo a las cosas vacías
Marina Centeno
Yucatán México