Lector que estás a mi lado silencioso
que me dices con miradas lo que escondo
que acudes a mí como la barca
a la orilla de la mansedumbre
atisbado a la sombra de mi árbol
cuando llego desde mi ventana
en desconfianza y otras veces cursi
sin qué sepa hacia donde dirigir
la anchura de la madrugada
o el disfraz que compongo para mí
si estás al lado derecho de la hoja
o en el lugar exacto de los vicios
que revientas las nubes
y evaporas los años
que doblegas el lomo de los libros
no revistas en mí la pesadumbre
ni tampoco implores mis ocasos
Marina Centeno