Entonces nos detenemos a observar
como caen las hojas de los árboles
como tiembla el otoño sobre el piso
y como se estremece el recuerdo
con la misma postura de los muertos
soportando la estática y el polvo
la estación que precisa del olvido
sin que antaño nos cueste la palabra
más que la rubrica de sentirse solo
sin embargo -detenidos- comenzamos
en el cosquilleo de la página
a mediar entre el témpano y el odio
sucesor de los bosques en la jaula
que alimenta huraños y roídos
Marina Centeno
Yucatán México