Poesía para erotizados
Qué no daría yo por ser tu sombra
para verter de oscuro tus rincones
cuando nos mece la melancolía
y sabemos que el vicio nos procede
como un orgasmo roído por los brotes
en la pulpa que embarra el núcleo
y el sujeto se espesa en el rincón
Marina Centeno
Yucatán México