lunes, 26 de septiembre de 2016
CARTA A UN AMOR QUE SE FUE SIN DESPEDIRSE
Ayer al llegar a la casa
percibí el aroma de tus rosas
aquellas que colocas
cada que se acerca un cumpleaños
también -con algunos problemas-
percibí el olor a poema en tu cuaderno
con los versos de frío que leías
mientras crecen raíces en el techo
y se arraiga mi vientre entre las sombras
De nuevo acomodé los discos
y la ropa cayó sobre el librero
al meter a Tolstói junto a Cortázar
[Quién dijera vivirían juntos entre el polvo-
con las frases tan pulcras de derroche]
Al tras-patio le sobran madrugadas
y te escucho en la lluvia
con las gotas libando en el témpano
que creció en el resquicio
y se apoderó del huerto y de las flores
cuando un día sembraste en la sequía
cuatrocientas palabras de distancia
Corrobora el fechado
mucho más el anclaje de esta carta
cuando llegue sin prisa hasta tu puerta
Desde ahora tu extraña
Marina Centeno