Día 29.-
Un poeta serio tiene derecho a saber que su libro parece una equivocación. Una equivocación importante, porque su voluntad artística y sentido de orientación están puestos en juego, como corresponde a un poeta maduro. Si el libro no resulta, no es porque le falte voluntad, oficio ni talento, sino porque parece no saber qué hacer con todo eso.