No tengas miedo de mis rosas
ellas tiemblan de frío y se agitan
cuando la tempestad las incolora
porque se sienten viejas
frente a la humedad de tu saliva
No no tengas miedo de mis rosas
a veces son tan frágiles
que el viento hace mecerlas
sin embargo dolientes
pueden clavarse el pecho ellas mismas
antes de penetrar tu carne
No tengas miedo no
tersa el pétalo en tus labios
y muerde suavemente
a la espina
Marina Centeno
Yucatán México