jueves, 24 de abril de 2014

Conformidades




Al cumplir los doce años le venció el cansancio y se le ve taciturna en el ambiente hostil del vecindario donde el torpe es rey No conoce más fragancia que el olor fuerte de la medicina cuando traspasa sus fosas nasales y hace gárgara para tomar fuerza y continuar respirando por sí misma

Las niñas atisban hacia la ventana meten la cabeza en señal de complicidad para saber hasta cuándo tendrá el valor de soltarse las piernas y correr entre el polvo y la arena persiguiendo a algún ser imaginario o treparse sobre las ramas para contemplar la pobreza de las casas y los agujeros de los techos no sin antes soltar algunos frutos para que estos caigan sobre la cabeza de los que pasan

Pero no tiene tiempo muchos menos horario cuanto menos respuesta a los abruptos de los que interceden Su cuerpo de tensión nueva y de poros asidos a las azucenas se retuerce en muecas de mujer vieja arropada hasta el tacto y sin una sola cana que dibuje con levedad lo veraz que resulta el mundo cuando el mal aqueja al más débil

Así de riguroso sigue el tiempo sin tapujos ni quejas devorando con fauces de enemigo los gladiolos y el colibrí Así como las carpas y los dinosaurios Con sus trompas de agua y el hocico babeante para demostrar a todos que no existe poder que desbarate el rigor de las horas la secuencia del mes y el puñal de los años

A los quince con la sábana blanca sobre sus escarnios de los dientes para afuera con dos gotas de aliento y tres litros de radio sólo alcanza a mirar al transeúnte que roe los zapatos con su triste vaivén Se olvidó de los nombres que traían pedazos de cielo y migajas de flores ahora tiene por sombra dos rúas de nailon y un tictac en los labios que repite mil veces que el recuerdo es el hoy

Marina Centeno

Recordatorios Dostoievskanos de CONFORMIDADES