Nada queda por mencionar
ni el instante póstumo a la molienda
en que las horas trituran más que un suspiro
donde babea el tiempo su pátina de permiso
Y si volvemos -dijo- a comenzar de nuevo
asidos a la tormenta y el desasosiego
cada a uno a la punta del escenario
con el protagonista a merced del espectáculo
Llegado el momento bajaremos el telón
y saldrán los títeres a buscar su escondrijo
al fondo del callejón
Marina Centeno
Yucatán México