Imagen tomada de la red
Mirando el desperdicio de los arrepentidos
sabiendo de antemano que no le pertenece
el ardid del cascajo por fragmentos de hielo
sin embargo las sombras abren su derrota
y se interna entre ellas para armar una orgía
de guitarras y violas con canciones de muerte
agitando las cuerdas entre notas de vértigo
permanece entre el polvo con la cara siniestra
de la escama que el tiempo afloja y desmerita
y aún conserva el asombro de la música tenue
deslizando su sangre con ternura infinita
Marina Centeno