lunes, 28 de diciembre de 2015

U PÁAWO'IL PIKIL T´AÁN

Fotografía propiedad de Marina Centeno 





El tiempo alarga sus garras a lo inhóspito
surca ciudades con la liturgia de las voces
porque se oxidan los maizales
cuando la luz del sol ya no le asiste
puede pasarle el viento a los limones
y sacarles el zumo
porque el monte es un hombre sin abrigo
que devora oscuridades con los ojos
cuando se quema el marzo entre los soles
y abril sahúma los carbones

Muere el verde en el hedor
donde se olvida el nombre de la lepra

Vuelve el anafre a reclamar su dote
para verle morir entre la estirpe
el insecto se plaga entre la fauna
y la flecha se incendia entre los dedos
mientras la deidad duerme en la mazorca
purificando al cielo

Volverán los días de templanza
a sembrar el oro entre los verdes
y bailará el fustán de la mestiza
al compás del folclor y de la danza

Me perderé – juro que me pdereré – llegado el día
sumergiré mi cuerpo entre las aguas
para morir de sacrilegio en la profundidad del pozo

y seguirle el viento a los chilames
para dejar mi nombre en el graffiti

porque el monte es un códice de dioses


Marina Centeno