domingo, 8 de julio de 2012

Satírica





La besé -me dijo- mordí su silencio hasta sangrar yo mismo desde entonces la llevo a todas partes donde me dirijo Ella -fatal y obstinada- ansiosa del crepúsculo se abrió de carnes ante mí como una medalla en medio de la soledad La besé -me dijo- mordí su silencio hasta llorar yo mismo



Marina Centeno
Yucatán México