Para saber quién soy
hube de mirar al espejo
los abruptos de la entrepierna
la caída de los senos
el ocaso del ombligo
amartillado en suspenso
El doblez y las esquinas
de las arrugas que nacen
en el picaporte del miedo
Lo itinerante del pelo
al enredarse en la nuca
un sin número de sueños
Lo vacío de mis hombros
en lo que carga el recuerdo
tras las huellas de mi espalda
en cicatrices de tiempo
El empate de caderas
que por la línea del culo
se abre de par en par
como las aguas al viento
luego del recorrido
de minucioso a violento
de minucioso a violento
tracé una línea divisoria
entre el reflejo y el dedo
como una herida abierta
como una cala de agua
entonces hallé quien soy
perdida entre el laberinto
de órganos y excremento
Marina Centeno
Yucatán México