Alguien 
-que no conozco- tuvo la sensación
del violín de las ausencias
sin saber si el laberinto es correr en reversa
o diluirse en el almanaque de evasivas
y temblar en lo límpido del llanto
para amanecer en el rocío y la laguna
Alguien -q
ue no soy yo-  llenó
 de cáñamo 
sobre el matiz del mediodía 
y sin embargo aún sigue en la ternura 
de ver crecer las flores en la acera 
y no tener la suficiente aurora  
en el murmullo de la Poesía
Marina Centeno
De A-temporal