La noche se avergüenza de las sombras
y huye con su espina semi-oscura
para darle lugar a la grandeza
de los rayos del sol en el quebranto
cuando todo deshace los acordes
de las horas que llegan siempre ávidas
Tengo un lugar de ausencia que naufraga
entre escollos y hiedras de verano
humeando la neblina del sentido
como un paso de polvo en el silencio
que restriega lo oscuro entre mis ojos
Marina Centeno