Día 8._
Entre la repetición, la agitación sin sentido y la falsa universalidad lo más digno es el silencio. Pero hay que merecerlo. Para callar es necesario haberse arriesgado a decir. El silencio se apoya en la palabra y por ella se vuelve significación -una significación que las palabras no pueden ya decir. El poeta no tiene más remedio que escribir -con los ojos fijos en el silencio.
Octavio Paz.