viernes, 19 de febrero de 2010

terapia intensiva


Día 16._
En 1955, según la Dirección General de Estadísticas, el 95% de las familias mexicanas tenía ingresos familiares mensuales de 2,000 pesos o menos y en el 5% restantes se codeaban desde las familias de empleados que ganaban algo más de 2,000 pesos hasta las grandes familias industriales, financieras, políticas y ex presidenciales. Este reducido 5% sin embargo, representaba a cerca de 300,000 familias, para las cuales gastar 8 ó 10 pesos en libros no estaba fuera de su alcance. Pues bien, en 1949 aparecieron, en ediciones de un millar de ejemplares, dos libros capitales en la historia de la poesía mexicana: Subordinaciones, de Carlos Pellicer, que todavía está en venta a 10 pesos y Libertad bajo palabra, de Octavio Paz, que todavía se consigue en 8 pesos. No cabe decir que en cerca de quince años las 300,000 familias con mayores ingresos en México no hayan podido agotar mil ejemplares de estos libros por falta de dinero o de tiempo. Si la poesía no se vende es porque no interesa.
Y aqui estamos, celebrando socialmente una actividad socialmente desdeñada. Buenos consejos le daríamos al que quisiera vivir de la poesía: "Esta bien que hagas versos en tus ratos libres, pero no le des vueltas: dedícate a un trabajo decente. Mejor aún: procura que nadie sepa que haces versos, no vayan a pensar que no se puede contar contigo, que eres bohemio, soñador e irresponsable."
Y, a decir verdad, ¿cómo pedirle a nadie que se exhiba como poeta, que se queme ante el respeto de los demás? Preguntarle públicamente a alguien por sus versos es como saludar en la calle preguntando: ¿Cómo está Usted, don Fulano? ¿Y su querida?
Si la poesía no da para comer es porque no interesa. No es porque sea deseable pero que, desgraciadamente, esta bloqueda por dificultades económicas. Es al revés: las dificultades económicas aparecen como expresión del rechazo social, como la forma simple y efectiva de no permitir que el talento se desperdicie en cosas indeseables.
Si se hace un recorrido por los barrios miserables, se encontrará gente que fuma, y que compra y alquila revista de monitos. ¿Se debe a que el tabaco y los monitos son negocio, o son negocio precisamente por eso? Si se hace un recorrido por las casas de las familias que ganan medianamente, se encontrará que tienen coche pero no libros. ¿Se debe a que los libros son más caros que los coches?