Los poetas abren el armario de la incertidumbre
y cuelgan sus poemas como ropas
Atesoran el olor de las persianas
si acaso -por costumbre-
colocan la maleta
en el cajón de las cien veces
con palabras
No todos los poetas tienen alas
algunos las arrugan por el uso
como aquella mañana
cuando al salir del embudo
me subí al caracol
y lloré de derrota
Algunas veces trazo mi silencio
he llegado a la conclusión
que el espejo es la misericordia
cuando pasa la ausencia con su enredo
para ver el reflejo de mi jaula
Marina Centeno
Yucatán México