Después de esta noche
debo decir que el caldo se asemeja a los silencios
cuando se escurren turbios
por la oquedad del poema
Y qué decir de la arruga en la camisa
mientras los labios fruncen el gemido
para saciar el beso de la espera
Un movimiento brusco
que se deshace en la nuca y en la vértebra
con que copula la soberbia y la tristeza
Luego la calma
en la cerrazón del verso que te incita
a buscar el porqué de las respuestas
Marina Centeno
Yucatán México