Poesía para erotizados
Todo es tan perfecto
que debería darnos vergüenza:
el ruido del café sobre la taza
por el sentido de las manecillas
al llevar la flor hacia la almohada
de tus manos sin jaulas
de mis piernas sin voz
mientras el aullido pasa de cerca
y roza el cristal de la opinión
Marina Centeno
Yucatán México