Se me quedó el umbral en el vacío
desde el punto que inicia la salmuera
la manera que tiene de obstruirse
de la espuma crucial de la agonía
Esta torpe cadencia de la fiebre
que se indulta del campo en la marisma
manifiesta lo torpe del cascajo
que remienda lo dulce en la placenta
Luego cae lo turbio en el desgano
de las uñas que rompen la columna
una triste paloma en decadencia
Mientras corren del barco los fragmentos
reverbera el tiempo en la sinopsis
desde el nicho de órbitas de arena
Marina Centeno