La pena de la tarde estremece a mi pena.
Se ha llenado el jardín de ternura monótona.
Federico García Lorca
La pena de la tarde estremece a mi pena
con singular caricia sobre las piedras mansas
haciendo del ocaso una tristeza de agua
que llega a cuenta gota con la melancolía
El gotear de la lluvia con su infinita hondura
estremece a las grietas de los techos y jaulas
se desplaza volátil por rincones y afuera
se ha llenado el jardín de ternura monótona
Marina Centeno
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