El esparcimiento sobre la intemperie
que acompaña el ritmo de la casa
para hacerme diversa por la vida
y poder concurrir ante el preludio
[Debo cavar mil veces -me dijiste-
para hallar el señuelo de tu cuerpo
flotando entre el hueco de mis manos
a merced del invierno y del olvido]
Atolondra el compás de tu letargo
cuando caen las horas por los bordes
mientras se oxida el mundo en la ventana
De repente se parten las agujas
cuando estoy en la forma compulsiva
y me vuelvo niebla y horizonte
Marina Centeno
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