Me dibujó en un círculo
y me dejó desnuda en el centro
parecía que el crepúsculo escupía la ventana
mientras atolondrada y tosca
asumí que no volvería a verle
A tiempo que la música sonaba
las castañuelas de la noche
tiritaban dentro de mí
de pronto un vuelco de sirena
y su mano tocando la hendidura
de mi espalda
A esta hora - me dijo-
la casa tiene olor a sepulcro
envuélvete en la sábana
y deja el círculo para otro día
tal vez mañana
el despertador te marque la oficina
y no sepas conducirte
con la falda arriba de la rodilla
Por si acaso
grabé su número de teléfono
no sea que la cama se disuelva
y volvamos a caer los dos al piso
delineados en la luna
mientras el tiempo se desliza
sobre la piel
Marina Centeno
Yucatán México