I
Ha pasado el verano y primavera
y sigo en la estación de las caídas
de los árboles rojos y la incierta neblina
Se inician las soledades largas
y las estrellas gruñen sobre nuestras cabezas
II
Duele
la tristeza de las estaciones
con su silueta sorteando la penumbra
de la cama al sillón
del sillón a la mesa
Veo pasar tu nombre de un email a otro email
como paloma mensajera
en la triste ventana de un ciber café
que se disuelve en las redes de la melancolía
III
Te duele
Me duele
Nos dolemos
Seguimos escarbando sensaciones
y desentrañando advientos
El suplicio se devuelve sobre la ausencia
como duende que salta
sin más razón que perpetuarse en las letras
IV
Qué duele -preguntas- qué me duele
mientras borras mi adiós de tu bandeja
Presintámonos -aún después del adiós-
y sostén en la frente mi silencio
V
Las baldosas brillan en septiembre
cuando la sombra se perfila
porque todo el silencio es una trampa
que resbala hacia la orilla
Si regresa el email -alguna noche-
vuelve al juego del sol sobre la arena
aunque la tarde se complique en la respuesta
Marina Centeno
Yucatán México