XXIII
para Emilia Centeno
Yo te quiero azul
Osada y tibia
A cada tempestad te infinitas crepúsculo
y zarpas a la búsqueda de horizontes cetáceos
No somos invencibles
padecemos el mal de los ocasos
cuando en las manos crecen islas
con la serenidad atenuando los contornos
Vas temblándome a ráfagas por el Golfo de México
Por qué –Emilia- si te beso península te devuelves océano
Marina Centeno
Yucatán México