Entonces no sabes de qué color tiene el cabello la noche…
No pareciera que la madruga unge la audacia de la prostituta al menear la cadera en el ungüento -pero tienen razón– desconozco la fragilidad del día al imponerse sobre la necesidad Debiera ser que la nalga tenga su dictamen de encierro para ver de derecha a izquierda a través de las cortinas de humo Todo es oscuro a cierta hora de la noche Se desliza el relámpago en la frente como memoria urgida en el olvido La paciencia de las manecillas que carcomen el hueso mientras la nuca tiembla por el peso de la cabellera Entonces no sabes de qué color tiene el cabello la noche cuando a tientas caminas por los pasillos de la soledad
Marina Centeno
Yucatán México