miércoles, 17 de julio de 2013

Festivalero


Zarandeo




Nadie sabe del envejecimiento de la rosa 
hacia la adversidad del mundo en climaterio
acostumbrado a la manera de tomar el tallo
y pasar la espina entre los glúteos
en agujeros concienzudos
donde hoya el silencio y el desgano

Nadie sabe que desde ese día
la soledad se arraiga al pecho
hasta dar volteretas a la luna
para dormir al cauce
en el tanteo de las cuatro esquinas
de mercenarios que atestiguan
que tienes la costumbre de los perros
con el atisbo y la leche en punta

Nadie sabe que buscas la penumbra
para contaminar la luz
sin merecer el acercamiento

cuando bajas el telón en diminuta
y no sabes herir
y no sabes caer

Marina Centeno
Yucatán México