Nacemos de la oquedad de las hormonas
en el hemistiquio de la pesadumbre
cuando apenas trotamos indefensos
a manifestar el caos que nos yergue
a pesar de ser una gota de esperma
aquí estamos abigarrados y malolientes
dispuestos a la turba
en cada alfiler de la escritura
Marina Centeno
Yucatán México