Mi ventana está abierta a las cuatro a las seis a las diez y a todo momento A veces se cuela el viento como un abrigo de lana que envuelve mi pelo y la quietud de mi espalda Mi ventana tiene la magnitud de los impedimentos que saborean la carne y el ansía Con ella trazo horizontes con la punta del dedo y vislumbro a los extraños que pasan en silencio tristes y monótonos Mi ventana es una anciana que le llueve el tiempo entre las piernas con cerrojos roídos por el atardecer
Marina Centeno
Yucatán México