miércoles, 23 de mayo de 2012

Causalidad de Blanca Sandino




A Marina Centeno, con mi gratitud y afecto.



Todo está lleno de dioses(*)
que recorriendo túneles del tiempo me ocultan las estrellas cuando intuyo que aunque no puedes verme, me adivinas.
Y en tanto hilo silencios, teje sus porqués la noche,
y a oscuras me pregunto quién podría querer ser extranjero, quién profeta, quién sombra, sólo sombra,
o quién bajar al averno, a lo confuso,
en un rincón inhóspito el libro egipcio de los muertos espera que le preste mis manos, pase página,
me adentre por caminos de agua (una aproximación serena hacia la muerte), y a bocajarro me tope con sus dioses.
Sus dioses, ésos que oigo bajo mi piel cuando me laten gemidos paralelos, cuando me respiran, o acompasan las horas y me ocultan seis cifras: una fecha.
O mil fechas (Ay, poder morir. Poder morir mil veces, hasta quedar exhausta de morirme.)
Debo volver -me digo-, recompongo la luz en mi memoria: tras los párpados, lloran los ojos aguanieve de albedo, amargo albedo.
Y vuelvo. Oigo mi nombre (la querencia me vence hacia tu orilla, desnuda mar sobre la piedra) y entonces, hacia aquellas aguas, amor, aquellas aguas, vuelo.

(*)Tales de Mileto


Blanca Sandino (Q.P.D.)
España